Al ver mi rostro, mi marido me pregunto En Caso De Que me sentia bien, a lo que le respondi que solo era el sofoco que reinaba en el interior de el vagon, lo que me estaba incomodando pero que no era una cosa grave.
Despues sobre dicho tramite, logro meterme al completo su elemento palpitante sobre un separado desplazandolo hacia el pelo duro empujon desplazandolo hacia el pelo lo que mas me encendia era que mi marido, muy ingenuo, iba parado junto a mi asi como no se percataba de lo que un desconocido hacia con su esposa, en sus narices, al opuesto, me servia sobre asiento, ya que el creia que por las empujones que daban en el Metro, era debido a que me recargaba demasiado en el.
Realmente, eso era por motivo de que mis extremidades inferiores se me doblaban sobre la excitacion y no ha transpirado de estas acometidas de el cogedor a mi espalda, quien deslizo ambas manos por en el interior de mi blusa, tomando mis pechos y no ha transpirado bajandome mi sujetador, Con El Fin De escoger de forma libre mis turgentes pechos. Mientras tanto, yo ahogaba mis suspiros, mordiendome mis labios desplazandolo hacia el pelo cerrando mis ojos, que Ahora estaban nublados por la excitacion.
Al observar mi rostro, mi marido me pregunto si me sentia bien, a lo que le respondi que solo era el sofoco que reinaba dentro de el vagon, lo que me estaba incomodando aunque que nunca era algo delicado. Entretanto hablaba con mi marido, aprovechaba con el fin de que, utilizando la de mis manos libres, apoderarme discretamente del pene sobre un jovencito que se encontraba a un costado de mi, quien al advertir mi mano, se puso colorado de la calentura asi como de la sorpresa.
Despues, con delicadeza, yo le baje su cierre y no ha transpirado le extraje su elemento, de darle la candente masturbada, subiendo y bajando la dermis que lo cubria, para percibir su glande, que debido a mostraba una pequena gota de semen en el agujero de la cabeza del falo, lo que me excito al extremo, acelerando el movimiento sobre la masturbada a cada minuto que pasaba.
En evidente instante, parecio que nos hubieramos puesto de acuerdo, porque casi al identico lapso, los 3 estallamos en un enorme climax, sintiendo en mis intestinos, un templado liquido que me quemaba las entranas, por parte de el fulano que tenia clavado su pene en mi ano entretanto en mi extremidad, sentia como chocaban los chorros sobre semen del menudo desplazandolo hacia el pelo vaya que la fuerza con que me golpeaban era muy y con que abundancia, parecia que arrojo igual que un litro de mocos, que incluso sentia a la prototipo como se deslizaban lentamente por mis extremidades inferiores.
Simultaneamente, por las maniobras de la mano que jugaba con mi grieta, humedecia por total la tanga, llegando a deslizar mis flujos por mis muslos, llegando a juntarse con los que manaban de mi culo asi como la leche de el jovencito.
En ese segundo, me fije que la chica Ademi?s recibia lo suyo, porque me percate sobre que los 2 varones que se encargaban sobre ella, con sus penes de afuera, le arrojaban tambien las liquidos en el trasero y en su cosita, de despues ella misma untarselos por el trasero y no ha transpirado por sus extremidades inferiores, quedando brillosa por la asistencia del semen en su tez.
Llegue a notar como el senor sobre vestido tenia los dedos sobre su mano derecha incrustados en el orificio trasero sobre la chiquilla, fue por lo tanto que ambas nos miramos a los ojos, dandose cuenta que la veia y dandose Asimismo cuenta que yo recibia el exacto tratamiento que la novia, para luego ambas acomodarnos lo preferible viable nuestras ropas asi como hacer como En Caso De Que ninguna cosa hubiera ocurrido.
Al bajar, ambas nos miramos asi como las caras rojas de excitacion intercambiaron maliciosas sonrisas, puesto que tanto ella igual que yo sabiamos de estas prerrogativas de correr en el apartado de varones.
Nunca se En Caso De Que mi marido se existira hexaedro cuenta o no pero desde entonces, siempre abordo el Metro con el novio, llevando ropa que no les dificulte a los suertudos en turno, meter mano u otras «cosas» pobre mis ropas, gozando al extremo de nuestro cenido desplazandolo hacia el pelo largo viaje a nuestros trabajos.